Explorar.- Recorrer un lugar desconocido o poco conocido para conocerlo o estudiarlo, o para descubrir lo que se halla en él.
Nos gusta indagar en la definición literal de una palabra para recordar todo lo que olvidamos al usarla con frecuencia. En mayo hicimos esta sencilla ruta que parte desde el Esquí Nórdico de Abodi, y aunque en principio nuestra idea era seguir la sencilla senda SL-NA 64A El Cerrillar, decidimos ampliarla un poco más acercándonos al espléndido mirador de Cruz de Osaba… decidimos explorar.
El recorrido de El Cerrillar coincide en su trazado con una pista de esquí de fondo, sin nieve ya por estas fechas. Es un camino ancho, que al principio asciende suavemente entre el hayedo hacia la Sierra de Abodi, a 1.400 metros, con las hermosas vistas del Valle de Salazar, los montes lejanos de Roncal y Hecho, así como del monte Orhi. Regresamos posteriormente a media ladera, siempre por el interior del hayedo.
No es necesario explicar con palabras la espectacularidad de este balcón natural, donde la vista se pierde en las montañas nevadas, en los infinitos bosques. Pero algo nos hace adentrarnos más, abandonar la senda y hacer caso a esos dos árboles que, en ese claro, nos atraen fuertemente. Dos hayas con muchos inviernos a sus espaldas, una ya caída por tantas batallas, otra aún en pie, con tiernos brotes de hojas despuntando. Las rodeamos y contemplamos curiosos, maravillados, sintiendo la enorme fuerza de sus troncos, la singularidad de su porte, una con indicios de echarse a andar, la otra adoptando una postura más cercana a El Sabinar de El Hierro. Pasan los minutos y seguimos embobados, acariciamos con nuestras manos estos poderosos árboles en los que nadie parece reparar, pero que a nosotros nos llenan de tanta emoción. Reposamos sobre el manto verdoso lleno de flores y dejamos que el tiempo nos atrape, que la magia de estas dos hayas nos abrace… No somos capaces de abandonar el lugar, pero, agradecidos por haberlas descubierto, regresamos al camino, echando la mirada atrás un buen rato para seguir contemplándolas ahora ya de lejos.
.. los árboles, esos seres mágicos con tanto poder para transmitirnos innumerables sensaciones ..
.. los árboles, que siempre nos dicen tanto sin usar palabras, pero en su lenguaje universal ..
Las lamias, Las Lamias, Lamin o Lamiñas, como también se las conoce en la mitología vasca, son divinidades femeninas acuáticas de una extraordinaria belleza que moran en fuentes, pozos, riachuelos, lagos o, incluso en el mar, como veremos más adelante.
LA MAGIA DE LAS AGUAS
La imagen más conocida las muestra peinando sus largos cabellos con peines de oro en actitud entre distraída y seductora. Este peine, suele generar la codicia de los humanos, lo que les crea serios problemas, como cuenta la siguiente leyenda:
EL PEINE DE ORO
“Cuentan en Azkarate (Ascarat) que en la caverna de Leizebeltz, vivían las lamias. Junto a la caverna existe un prado en el que un hombre halló un precioso peine y lo llevó a su casa. Al día siguiente halló el prado totalmente lleno de piedras. Una lamia se le acercó y le dijo:
Me has robado un peine; si me lo devuelves, todas las piedras serán retiradas de tu prado.
El hombre le devolvió el peine y al dí siguiente todas las piedras estaban retiradas. Para retirarlas, puestas en fila las lamias, diciéndose mutuamente:
He ahí Guillen, tómalo Guillen.
Llevaron las piedras fuera del prado entre tantas lamias como piedras más una.”
Recopilada en Azkarate por José Miguel de Barandiarán
GENIOS DE LAS AGUAS
RELACIÓN CON LOS HUMANOS
Existe un amplio catálogo de leyendas en innumerables puntos de la geografía vasca que se han ido transmitiendo oralmente a lo largo de los siglos. Es por ello, que dependiendo de la fuente de referencia, encontramos características muy diferentes. En algunos relatos, las Lamias pueden ser despiadadas con los seres humanos, cometiendo abusos y secuestros, y en otros, auxilian a quien lo necesita y le ayudan a construir puentes, dólmenes, cromlech e incluso iglesias, a pesar de ser profanas, como nos cuenta la siguiente leyenda:
EL PUENTE DE LIGI
“En el pueblo de Ligi, se construyó un puente, pero era constantemente arrastrado por el río. Un día, una lamia se presentó ante el señor de Ligi, diciéndole que ella podría levantar un puente que no fuera arrastrado, si el señor fuera para ella tras su muerte. Lo edificaría entre el anochecer y la media noche antes de que el gallo cantase. El hombre aceptó nel trato, pero le entró miedo y lo consultó con el párroco. Este le dio dos huevos puestos por una gallina negra, uno de ellos debía ser un pollo el cual cantaría “cucurrucú”. Las lamias, comenzaron su trabajo, todas ellas se llamaban Guillen, y según realizaban su tarea, iban diciendo:
Dámela, Guillen.
Tómala Guillen.
Aquí somos once mil Guillen.
Se pasaban las piedras de una a otra, pero justo en el momento en que faltaba por colocar el último pedrusco, el pollo cantó, y los genios huyeron despavoridos gritando:
Maldito sea el huevo puesto por la gallina negra de marzo:
Y allí quedó el puente al que aún hoy le falta la última piedra, se ha intentado colocar, pero nadie consigue mantenerla en su lugar”.
PUENTE DE LIGI
Algunas leyendas cuentan cómo se enamoran de mortales, con quienes pueden llegar a tener hijos e hijas, pero se trata de relaciones tortuosas, imposibles de llevar a buen término porque a las lamias les está vetada la entrada en las iglesias. Una conocida leyenda nos narra lo siguiente:
LA LAMIA DE KOBAUNDI
“En el barrio de de Garagartza, en Arrasate, hay un baserri llamado Korrione, en la que vivía un joven que se enamoró perdidamente de una Lamia que moraba en la caverna de Kobaundi, de monte Kobate.
La Lamia puso como condición para acceder a casarse que adivinase la edad que tenía. El chico, decidido a ganarse el amor de la bella de la cueva, pidió ayuda a una mujer del vecindario, quien se ofreció a averiguar los años de la lamia. La vecina subió hasta el antro de Kobaundi y colocándose de espaldas, se inclinó hacia adelante de manera que asomó su cabeza por entre las piernas.
En esto apareció de entre las sombras la Lamia, quien extrañada exclamó: En mis ciento cinco años jamás vi una cosa igual.
Con este dato, la lamia accedió a casarse. Cuando el chico le contó a su madre la intención de contraer matrimonio con la chica que moraba en la cueva, esta le advirtió que se cerciorase de que se trataba de una mujer humana, para ello, tenía que fijarse en sus pies. El joven comprobó que la mujer de la que se había enamorado no era un ser humano, tenía los patos.
Aquella decepción hizo que el de Korrione enfermara rápidamente y poco tiempo después, murió de pena.
La lamia salió de la cueva para darle el último adiós acompañado a la comitiva fúnebre, pero se detuvo en el umbral de la puerta del templo cristiano porque las lamias pertenecen al mundo profano y no entran en las iglesias.”
Recopilada por José Miguel de Barandiarán
CUEVA DE KOBAUNDI
Hay algún relato que las equipara con la diosa Mari, aunque por lo general se las nombra como entes bien diferenciados.
Aunque su aspecto físico es semejante a cualquier humano, las Lamias tienen algo que las distingue rápidamente y son las extremidades inferiores que pueden ser con pies de pato, gallina, garras de ave rapaz, de cabra o de cola de pescado como nos narran muchos cuentos que suceden en la costa del País, siendo estas, conocidas como Itsaslamiak.
A Caro Baroja, un informante, le contó que las lamias se diferenciaban del resto de las mujeres, porque tenían la piel con un color cobrizo y a Azkue le contaron en Berriz, que solo tenían pelo en la parte de la nuca por lo que era fácil identificarlas.
Pero las lamias vascas no eran sanguinarias, a pesar de las semejanzas físicas y alguna que otra característica similar, nuestras lamias mantuvieron relaciones cordiales y de respeto con los seres humanos. Bien es cierto que en algunos momentos pudieron cometer algunos abusos, e incluso secuestros de jóvenes que caían prendados por su belleza, por lo general eran víctimas de seres humanos desaprensivos.
SECUESTRADO POR LAS LAMIAS
“En una ocasión, las lamias secuestraron a un muchacho de Ezpeleta y lo llevaron a su antro. Un cura acudió a la caverna para rescatar al chico, entrando en la caverna con un crucifijo en una mano y una hostia consagrada en otra, sin conseguir su objetivo. Al salir una voz dijo desde el interior de la sima – Gracias puede dar a eso que llevas en la mano y más gracias al que llevas en el pecho, de lo contrario hubieras tenido que quedar aquí. El chico siguió preso”.
Recopilada por José Miguel de Barandiarán
CUEVA DE MONDARRAIN
DIFERENTES NOMBRES
A las lamias, se las conoce con diferentes denominaciones, a lo largo y ancho de la geografía vasca. En Agurain, y en general en toda la cuadrilla de la Llanada alavesa, las denominan Amilamia. En Elantxobe, en la costa bizkaitarra, dicen que son seres con un solo ojo en la frente y las llaman Lamiñaku. En Mendibe reciben el nombre de Saindi-maindi, en el pirenaico valle de Aezkoa, Eilamia. Caso curioso el de Zuberoa, donde con el apelativo de Maide, hablan de un genio masculino que se correspondería con las lamias y que cooperaron en la construcción de algunos monumentos megalíticos. Algunos autores que han recopilado nuestras leyendas, equiparan a los Intxixu, conocidos en Oiartzun y Ataun, con las lamias de género masculino.
ESCUDO EN OIEREGI, VALLE DE BAZTAN
MITOS DE MÚLTIPLES CULTURAS
Estas genios no son exclusivas de nuestra mitología, tienen su equivalente en numerosas localidades españolas, sobre todo, en la fachada atlántica peninsular, como en la leyenda castellana de la Encantada, o las Mouras de Galicia, las Anjanas de Cantabria o las Xanas de la mitología astur, e incluso están presentes en las mitologías clásicas.
Para quienes amamos la naturaleza, amamos los bosques envueltos en la niebla teñidos de misterio, amamos la mar hechizante embaucadora de nuestros sentidos, amamos los ríos vigorosos nacidos del seno de la tierra, o amamos las montañas altivas y dulces, es casi imposible resistirnos a sus encantos, a su embrujo, a su magia. Posiblemente, nuestros ancestros, también vieron en lo que nos rodea, esa energía especial, ese “algo” inexplicable, poderoso, un tanto sobrecogedor. Quizás por ello, vieron en estos elementos naturales, lugares donde sus deidades moraban, o donde aquellos númenes, dejaron su huella de una u otra forma.
Piedras, árboles, ríos, cascadas, la mar, … han sido lugares de culto, inspirados en una antiquísima religión animista, en la que nuestros ancestros, adoraban a elementos de la naturaleza. Con el paso del tiempo, de forma paulatina, esos dioses naturalisticos, fueron adoptando formas humanas, dando lugar a una religión politeísta, heredera de la naturalista. Estos viejos mitos, creencias, ritos, nos enlazan directamente, por invisibles hilos con las culturas ancestrales de la vieja Europa.
LA MAGIA DE LAS HAYAS
Uno de estos elementos naturales que ha ejercido un influjo especial, sobre los humanos, durante milenios, son las montañas. Bellas, altivas, retadoras, magnéticas, temidas, amadas, … algo profundamente misterioso nos impulsa a conocer sus secretos hechos de piedra, de praderas, de bosques, de belleza. Para quienes amamos subir montañas, es algo casi inexplicable, pero nos llaman con una poderosa fuerza, una energía telúrica, nos empuja a conocer sus secretos, una maravillosa plenitud, nos acompaña en nuestro caminar, incluso una vez ya en el valle, esa plenitud nos acompaña durante días.
En la mentalidad popular vasca, las montañas crecen igual que lo hacen los árboles, esta creencia se relaciona con otra que cuenta que la tierra encierra en su seno una fuerza vital que da vida a todas las cosas. Prácticamente todas las cumbres importantes de nuestra geografía, encierran en su seno algún mito, creencias, tradición o historia. Desde las montañas morada de genios como Mari, jentiles, tartalo o basajaun, hasta cimas vinculadas a determinados rituales, como Ernio, y sus aros que se deben pasar por el cuerpo para evitar enfermedades. En muchas de ellas, se colocaron ermitas, con intención de cristianizar viejos cultos paganos, como el caso del Santuario de San Miguel in Excelsis, en la montaña de Aralar, heredero de otro antiguo culto, posiblemente vinculado a un dolmen. Los mayos, eran troncos de árbol que se colocaban en lo alto de las cumbres, que adoptaban la función de proteger el valle y sus habitantes que se abre a sus pies, en ellos está el origen de colocar cruces en las cimas, el mayo, aún hoy se coloca en lo alto de la sierra de Urbasa. Sin olvidar nuestras grandes cimas, Orhi, Anboto, Zaldiarán, Gorbea, Putterri, Anie, Txindoki, Murumendi, Mendikute, Okabe, o La Madeleine, entre otras,…
CUMBRES PIRENAICAS DESDE LA MADELEINE
Aquellas gentes, que nos precedieron, eran naturaleza, vivían según los ritmos que esta les marcaba, caminaban en su día a día de la mano de la natura. Aquellos primeros hombres y mujeres supieron ver en ella, en la montaña, su auténtica esencia, supieron ver en ella lo que realmente era, la morada de los dioses, ella acariciaba el cielo, aquellos humanos sabían escucharla, dialogando con ella dulcemente. Luego llegaron más gentes, fueron cambiando sus costumbres, sus ritos, sus creencias, sus idiomas, sus tradiciones, sus formas de vivir. Poco a poco, la vida cotidiana se fue volviendo más rápida, más descontrolada, los hombres disponían cada vez de menos tiempo para reparar en ella, en su magia arcaica, para pararse a escuchar su susurro atávico, olvidaron como dialogar con su montaña. A medida que esto sucedía, los hombres comenzaron a sentirse poseedores de la montaña, ya no compartían su existencia de igual a igual, trazaban extraños surcos por donde la aplastaban con sus máquinas rodantes, se sentían dueños de sus mágicos y misteriosos bosques,…
Los hombres habían olvidado su relación con ella, habían olvidado contemplarla en los atardeceres de estío, cuando el sol se acurruca en su regazo, habían olvidado admirarla desde el valle, cuando se vestía con sus mejores galas blancas en las mañanas invernales.
…o eso parecía, en lo más profundo del ser de aquellas gentes, permanecían los rescoldos de aquel fuego ancestral, en lo más profundo del ser de aquellas gentes, permanecían las enseñanzas de aquellos primeros moradores de estas tierras, permanecía su vínculo con ella, con la montaña mágica, permanecía su respeto, su amor. Veía, como, casi fugazmente, aquellas gentes, aún levantaban la mirada hacía sus alturas de vez en cuando, con admiración, a veces caminaban hasta su cumbre, se sentaban en su cima y vivían el momento, disfrutaban de su compañía, si aquel rescoldo arcaico permanecía en ellos.
VISTA DESDE LA MADELEINE
Quiero invitaros a que conozcamos, caminando pausadamente una de estas montañas sagradas, que se acurruca en uno de los rincones más bellos de la vieja tierra de los vascos, vayámonos a la cima de La Madeleine.
La cima de Arhane, como también es conocida esta cumbre, en cuyas alturas se ubica la preciosa ermita de La Madeleine, se acurruca bajo la cadena pirenaica, en la vertiente derecha del río Le Saison o Uhaitzandia, a caballo entre los valles suletinos y bearneses, en nuestro cautivador Pirineo. Las grandes cumbres, custodian sus 795 metros de altitud que se elevan sobre la localidad de Tardets (Atharratze), y los grandes valles suletinos. Para alcanzar su mágica cumbre debemos situarnos en la propia localidad de Tardets, donde podemos aparcar en alguno de sus parkings. Debemos tomar la carretera que cruza la localidad, y se dirige hacia la capital suletina, Maule, en aproximadamente un kilómetro, llegamos al barrio Sorholus y al cementerio de la localidad. Justo antes de llegar al camposanto, un carretil sale a nuestra derecha abandonando la carretera general, continuamos por ella unos metros hasta llegar a un cruce, donde se ubica la cruz de hierro de Begi Ütürri. En este cruce nos topamos con 3 viales, nosotros debemos tomar el del centro, que nos llevará hasta la granja Etchebestia. Un camino sale tras el caserío siguiendo las marcas amarillas de un sendero de pequeño recorrido. Tomamos decididamente el camino que va ganando altura mientras alterna bosques con pastos, la ermita se ve en la cima hacia la que nos dirigimos, por deliciosos paisajes de casas típicas de estas tierras, un paisaje bello y armónico que siempre nos regala Zuberoa. Sin pérdida, siguiendo las marcas del PR, llegamos hasta la base de la montaña, donde debemos unirnos al carretil asfaltado que nos dejará en su cima.
De esta forma alcanzamos su bella cumbre de 795 metros de altitud, un tanto deslucida por las antenas, no obstante, la vista es magnífica, impresionante, el Orhi reclama constantemente nuestra atención, susurrándonos la cercanía de la mágica Selva de Irati, el Lakora, el Anie, el Midi d´Ossau, y tantos y tantos picos pirenaicos, Bostmenieta, las llanuras del norte, todo crea un magnifico óleo de pinceladas de mil tonos, verdes, ocres, o blancos. Contemplando el inmenso paisaje que se abre ante mis ojos, no es difícil entender el motivo por el que aquellos hombres y mujeres sintieron su magia, el motivo por el que la consideraron su montaña sagrada.
PICO ORHI
Y allí, reinando sobre todo lo que la vista domina, el pequeño templo de La Madeleine, conocido también como Marie Maddalene D´Arhane. Sus orígenes se remontan al siglo, XV, fecha de su construcción, si bien posteriormente se reformó, pero sus raíces se hunden mucho más profundamente en el tiempo. La ermita se edificó, probablemente, sobre un antiguo lugar de culto primitivo, posiblemente un lugar en el que se rendía culto a la montaña en sí. De hecho, en su interior se conserva la conocida como Ara de Herauscorritsehe, de origen, al parecer romano, en la que se lee una inscripción que hace referencia al dios Herauscorritsehe. Nos encontramos ante un elemento muy curioso y habitual en la vieja cultura de las montañas, los romanos, no combatieron las antiguas creencias de los moradores de estos lares, sino que adoptaron sus deidades, adaptándolas, en ocasiones. De todo aquello nos ha llegado a nuestros tiempos este bello ejemplo, que hoy podemos saborear. No se sabe cómo llego hasta la ermita, el ara, quizás apareció aquí o fue traído de otro lugar por algún fiel, la placa seguirá guardando sus motivos, sus porque su esencia más profunda solo para ella. Este altar, o ara, datado hacia los siglos I o II, muestra la siguiente inscripción:
“FANO / HERAVS / CORRTZE / HE.SACRM / C. VAL. VAL / RIANVS”
que traducido vendría a decir algo así: “Caius Valerius Valerianus erige este altar consagrado al templo de Herauscorritsehe”.
ARA DE HERAUSCORRITSEHE
Pero, ¿quién es este misterioso Herauscorritsehe?, los especialistas solo coinciden en que se podría tratar de una deidad pirenaica, su nombre se ha traducido como “dios del rayo rojo”, “santuario del polvo rojo”, entre otras versiones. Si coinciden en que se podría tratar de un dios de los cielos, algo similar a Júpiter. Pienso que tan solo la misteriosa ara sabrá la verdad, que guardará para sí en el misterio del tiempo.
En la cordillera de los Pirineos, se dan cultos muy antiguos, desde el neolítico, teniendo una serie de deidades propias pirenaicas. Muchas con claras influencias galas, celtas y vasconas, algunas de las cuales fueron asimiladas por el Imperio Romano. Se dan muchos altares con inscripciones precristianas, dedicadas a algunas deidades como: Abelio, Tantugou, Silvan, Aherbeltse, Alardoss o Herauscorritsehe.
El gigante mitológico, Roldán también tiene su hueco en esta montaña mágica, pues desde ella lanzó una piedra para destruir la localidad de Ochagavia, pero errando en el tiro, el proyectil cayó en el macizo de Bostmendieta.
MACIZO DE BOSTMENDIETA
Plenos de belleza, debemos continuar nuestro caminar, buscamos ahora el collado de Léchéguita, que se marca con fuerza hacia el NW. Tan sólo debemos descender por una marcada senda, por terreno despejado, el caminar es delicioso por estas lomas abiertas a las cumbres pirenaicas. En el collado, podemos encontrar una importante necrópolis compuesta por tres túmulos, que nos susurran pausadamente la importancia que tuvo este lugar en el pasado. En breve, alcanzamos la pequeña cima de Zerra de 730 metros de altura, y que es una excepcional atalaya sobre La Madeleine. Desde su cumbre descendemos hacia el N., buscando un característico abrevadero, seguimos por un ancho camino hasta el collado de Saxagua, a donde sube una carretera, que nosotros seguimos para terminar nuestra ruta en la localidad de Sauguis-Saint-Étienne.
ERMITA DE LA MADELEINE
Allá arriba, queda la misteriosa ermita, a solas con su misterio de siglos, nosotros, hemos podido compartir con ella parte de ese enigma, acariciándolo con nuestras curiosas botas. Allí queda la montaña sagrada, deseosa de volver a dialogar con nosotros, a compartir su atávico susurro, esperando a que la volvamos a tratar lo que realmente es, sin imposiciones, sin destruirla, sintiéndonos parte de su magia.
Miras la cumbre, poderosa, bella, imponente.. miras el reloj, y te dices, «venga, tengo tiempo».. Y así empiezan muchas de las visitas diarias a la cima de Uzturre en Tolosa, en Ibarra.. (dan igual los límites, las mugas, la naturaleza es inapresable), 733 metros que se nos presentan de manera cotidiana a los que vivimos cerca de él.
Un profesor antes de entrar a clase que muestra a sus alumnos una foto diaria de su ascensión a la cumbre; el osaba que sube todas las mañanas antes de desayunar; una mañana en la que deja a los niños en la escuela y sube directa; venir del trabajo y alargar los rayos del sol para respirar un poco de silencio, paz, y esfuerzo. Porque sí, el acceso más popular es el que parte desde la Ermita de Izaskun, un zigzagueo corto pero empinado, donde poner a prueba tu capacidad para ascender en poca distancia considerable altitud. De resto, no tiene ninguna dificultad. Cierto es que los accesos desde la Misericordia o desde Belabieta son, a mi humilde parecer, más bellos (el de Misericordia se adentra en un hayedo con ejemplares formidables, y el de Belabieta es más pausado y largo, pero muy agradable) pero subir por el camino popular puede llevarte a reconocer rostros amigos, entablar pequeñas conversaciones, reencuentros que muchas veces las prisas de la calle te niegan.. ratitos y oportunidades que robamos al tiempo para acercarnos a su cima.
El final de nuestra ascensión suele ser esa gran cruz blanca, inmensa, que data de 1927, donde reposamos nuestro caminar con unas esplendorosas vistas de Tolosa, y de todos los magníficos gigantes montañosos que nos rodean (Larrunarri entre ellos.. Aralar, siempre Aralar..). Pero te animo, compañero montañero, a que continúes un poco más arriba, a buscar realmente la cumbre, que está oculta por árboles y sin vistas, con buzones, agazapada.. el estrecho caminito es precioso..
A tod@s nos atraen las expediciones en las que puedes marchar varios días a recorrer senderos montañosos en las magníficas sierras de altura, ir de refugio en refugio en Los Pirineos, visitar cumbres indómitas y de evocaciones literarias, viajes que preparas con mimo y planificación como la búsqueda de un tesoro que parece quimera.. pero tod@s tenemos nuestros pequeños lugares, diarios, accesibles, cercanos, donde sentir esa conexión con todo lo que nos evoca tranquilidad y sosiego, donde la belleza es pura y genuina, cambiante mágicamente según la estación.. por muchas veces que hayamos ido a ese lugar, siempre es distinto, siempre esconde detalles nuevos, sorpresas, descubrimientos.. Para muchas personas de nuestros pueblos, Uzturre es ese tesoro cotidiano que les reconecta y devuelve la calma, la armonía. Y el tuyo, ¿cuál es?
[ Os dejamos a continuación dos enlaces de la página de Akerbeltz Kirola & Kultura, muy interesantes, que nos presentan algunas surgencias encontradas, y un interesante artículo sobre la formación de Uzturre, esperamos que os gusten ]
El sol blanco, alto, sin calor. Las calles heladas, sin paseantes. El río esconde su azul, es gris, callado. Los montes yacen apagados, camuflando sus vibrantes colores, ocultando cómo late la tierra debajo de las bajas temperaturas. Los árboles, desnudos, resisten estoicos y esbeltos, bellos como ellos solos, incluso alguno con hojas marcescentes resiste a la moda de invierno e intenta imponer, sin lograrlo, nuevos cánones, pero el frío es implacable, y requiere de los árboles concentrarse en otras tareas de supervivencia, poniendo en marcha, a su vez, la dormida reproducción que, pronto (cada año antes), traerá la primavera.
Escapamos de la rutina, de los quehaceres, de los horarios, de la vorágine diaria, y visitamos los bosques, las montañas, descubrimientos llenos de quietud que no para, de belleza que resiste valientemente cada estación. No existe la frustración, no se contempla la impotencia, solo el disfrute de los sentidos, la infinita sensación de la respetuosa contemplación de la naturaleza en su más pura esencia, sin nuestra acción que todo lo invade y modifica. Los caminos son libres, perderse entre ellos es casi una obligación, detenerse en un nuevo detalle a cada momento una necesidad, respirar libre y sin pensamientos la consecuencia más palpable. Estando aquí reflexionamos porqué a veces nos cuesta tanto calzarnos las botas y renunciar por unas horas al mullido y cálido hogar.. cuando realmente los bosques también son nuestro hogar, nuestro primigenio hogar.
Son tantas sensaciones, tanta paz, tanto lastre que abandonamos… ojalá que, desde nuestra humilde Asociación, en nuestros sencillos paseos, seamos capaces de transmitiros toda esta increíble libertad e inconmensurable encanto que nuestros bosques, que nuestros montes, poseen. Pinceladas de mitología y tradiciones, tranquilos hallazgos que recordamos, experiencias que compartimos, y un espíritu inocente que nos reconecta con lo que somos, nos acompañan también.
De la mano de nuestro gran amigo Aritza Bergara, nos realizaron esta bonita entrevista desde la Argentina, en Radio Patagonia. Esperamos que disfrutéis.
Intervención televisiva en el programa «Qué me estás contando», en la ETB2, el 13 de Agosto, que giraba en torno a las tradiciones y celebraciones de nuestros pueblos en fechas estivales.
Finalizaron las colaboraciones en el programa Grafitti de Radio Euskadi. Una hermosa singladura por la magia de las ondas, acompañado de gente maravillosa y magníficos profesionales. Gracias de todo corazón a todo el equipo de Graffiti, esperemos que pronto nuestros caminos se vuelvan a encontrar.
Y gracias a todos los que nos habéis seguido en directo, ha sido un tremendo placer compartir con vosotros estos ratitos de verano con nuestras fiestas populares.
Os dejamos algunos enlaces de nuestras últimas colaboraciones:
En nuestro sitio web utilizamos cookies para brindarle la mejor experiencia posible recordando sus preferencias para próximas visitas. Haciendo clic en "Aceptar" consiente el uso de TODAS las cookies.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega por el sitio. De estas, las cookies que se clasifican como necesarias se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funcionalidades básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Estas cookies garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web, de forma anónima.
Cookie
Duración
Descripción
cookielawinfo-checbox-analytics
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics".
cookielawinfo-checbox-functional
11 months
The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional".
cookielawinfo-checbox-others
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other.
cookielawinfo-checkbox-advertisement
1 year
The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Advertisement".
cookielawinfo-checkbox-necessary
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary".
cookielawinfo-checkbox-performance
11 months
This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance".
viewed_cookie_policy
11 months
The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data.
__cfduid
1 month
The cookie is used by cdn services like CloudFare to identify individual clients behind a shared IP address and apply security settings on a per-client basis. It does not correspond to any user ID in the web application and does not store any personally identifiable information.
Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras características de terceros.
Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a brindar una mejor experiencia de usuario a los visitantes.
Las cookies analíticas se utilizan para comprender cómo los visitantes interactúan con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas, el número de visitantes, la tasa de rebote, la fuente de tráfico, etc.
Las cookies publicitarias se utilizan para proporcionar a los visitantes anuncios y campañas de marketing relevantes. Estas cookies rastrean a los visitantes en los sitios web y recopilan información para proporcionar anuncios personalizados.