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Árboles

17 Octubre – Ruta a Oianleku

Desde la Asociación Cultural Hojarasca, debido a la buena acogida que tuvimos en nuestro anterior paseo, os proponemos volver a disfrutar de la belleza que el Bosque nos ofrece en el otoño. Para ello hemos diseñado una pequeña ruta el próximo domingo 17 de octubre. La ruta es muy sencilla, apta para todos los públicos, en un paraje idílico como es el cromlech de Oianleku, dentro del Parque Natural de Peñas de Aia-Aiako harriak.

La duración de la ruta es de aproximadamente 3 horas, en las que caminaremos pausadamente por un desnivel de unos 200 metros, y 5 kilómetros de distancia, aproximadamente, en total. El precio de la excursión es de 8 euros los adultos y 4 euros los niños de 5 a 14 años.

Os ofrecemos la oportunidad de conocer un poquito las tradiciones, la mitología, los usos y creencias de diferentes tipos de árboles y plantas que habitan el bosque. Pero no sólo tendremos la oportunidad de conocer algo más sobre estas especies, sabremos de la historia y mitología del cromlech, de los secretos de Mari, de Roldán, de Basajaun, y más sorpresas a desgranar pausadamente en el paseo. ANÍMATE.

Quedaremos a las 9:30 horas, en el aparcamiento del campo de fútbol de Oiartzun (Iurrita bidea, 10). Desde allí subiremos, cada uno en su coche, hasta el aparcamiento de Kauso, a unos 12 kilómetros de Oiartzun, desde donde arrancaremos la ruta.

Recomendable:

-ropa y calzados adecuados

-agua y algo de comida (hamaiketako)

-bastones

-chubasquero o paraguas (por si fuese necesario)

Para más información no dudes en contactar con nosotros:

info@achojarasca.com

606 30 44 52 – Aitor

666 53 11 46 – Gabi

Árboles

2 DE OCTUBRE PROPUESTA DE RUTA

Desde la Asociación Cultural Hojarasca, queremos aprovechar la llegada de una de las épocas más atractivas en el bosque, como es el otoño. Para ello hemos diseñado un pequeño paseo, para el próximo sábado 2 de octubre, en el que os proponemos disfrutar de la belleza que el bosque nos ofrece. La ruta es sencillísima, apta para todos los públicos, en un paraje idílico como es cromlech de Oianleku, dentro del Parque Natural de Peñas de Aia-Aiako harriak.

La duración de la ruta es de aproximadamente 3 horas, en las que caminaremos pausadamente por un desnivel de unos 200 metros, y 5 kilómetros de distancia, aproximadamente en total. El precio de la excursión es de 8 euros los adultos y 4 los niños de 5 a 14 años.

Os ofrecemos la oportunidad de conocer un poquito las tradiciones, la mitología, los usos y creencias de diferentes tipos de árboles y plantas que habitan el bosque. Pero no sólo tendremos la oportunidad de conocer algo más sobre estas especies, sabremos de la historia y mitología del cromlech, de los secretos de Mari, de Roldán, de Basajaun, y más sorpresas a desgranar pausadamente en el paseo. ANÍMATE.

Quedaremos a las 9:30 horas, en el aparcamiento del campo de fútbol de Oiartzun (Iurrita bidea, 10). Desde allí subiremos, cada uno en su coche, hasta el aparcamiento de Kauso, a unos 12 kilómetros de Oiartzun, desde donde arrancaremos la ruta.

Recomendable:

-ropa y calzados adecuados

-agua y algo de comida (hamaiketako)

-bastones

-chubasquero o paraguas (por si fuese necesario)

Para más información no dudes en contactarnos:

info@achojarasca.com

666 53 11 46 – Gabi

606 30 44 52 – Aitor

Árboles

OTOÑO: La magia de los Bosques

OTOÑO EN ARALAR

Hayas, robles, abedules, arces o castaños, siguiendo su telúrico ciclo, sin prisa, componen estos días, una armónica paleta de tonos cautivadores, enigmáticos, desplegando mil y un matices de ocres, marrones y amarillos que pintan las laderas de nuestras montañas, anunciando a los cuatro vientos que ha llegado el otoño.

Algo magnético, inexplicable, profundamente atractivo, nos lleva a buscar la magia del bosque, a sumergirnos en su arcaico susurro, a dejar que la hojarasca acaricie nuestras viejas y gastadas botas, algo en lo más profundo de nuestro ser nos conecta con ese ancestral ritmo natural, nos lleva a escuchar el rumor del viento en las ramas de los árboles mientras nuestro espíritu se sumerge en la inmensidad de los bosques, es la magia del otoño.

Es el momento en que la naturaleza se prepara para el invierno, poco a poco, los hombres y rebaños, van descendiendo en busca del calor y la seguridad de los valles, los árboles comienzan a replegar su savia y los habitantes del bosque hacen acopio de víveres para el invierno. 

También nosotros, poquito a poco, nos sumergimos en nuestro propio interior, buscando esa esencia que a menudo se nos esconde, como queriendo pasar desapercibida ante el maremagno del ritmo diario.

Es tiempo de saborear la otoñada, de admirar los cielos casi irreales que nos traerá el viento sur, antes de dejar que la montaña se quede sola consigo misma, y busquemos refugio en la calidez del hogar, desgranando leyendas de nuestros mayores, junto al fuego.

Escapémonos a la libertad de las cumbres, a sentir en nuestras venas la ancestral magia de los bosques, a buscar siquiera, por unos efímeros segundos, nuestro yo más profundo, al fin y al cabo somos naturaleza.

Bosques

Hayedo de Gorriti

Carretera que lleva de Gorriti a Uitzi. Carretera estrecha, que se va alejando poco a poco del pueblo, y que, sinuosa y rápidamente, se integra en el hayedo, dejando la mayor parte de él al flanco derecho, es como si lo atravesara. En ese mismo lado existen distintos apartaderos donde dejar el coche.

Y ya está; es bajarte y te insonoriza la mente la lluvia.

Y ya está; es entrar al hayedo y acariciarte mullidamente la bruma.

Todo es gris y verde. Un gris que envuelve y acaricia. Un verde que brilla, húmedo, que vuela.

Entre el despertar de sentidos, y el apagón de pensamientos absurdos que circulan alrededor de nuestra mente, llegas a un estado de concentración innata que tenemos olvidado. Ves como esa rama se ha movido ligerísimamente por el vuelo escondido de un cantarín pajarito (saber reconocerlos no es una de mis potencialidades). Escuchas como las ramas charrasquean rompiéndose mucho más allá de tus callados pasos. La senda es toda tuya, es lo grandioso de este elegante hayedo de Gorriti: está deshabitado de humanos muchos días del año. Se te regala la senda, que serpentea jugando con el cauce de los distintos riachuelitos que bajan perpendicularmente a ella. Continuas, adentrándote más y más en la vital hojarasca que rodea majestuosamente a las hayas. Todas son increíblemente bellas, diferentes, caprichosas, únicas… como ella, la que un día jugando descubriste, incorporándose al cajón de tesoros de tu sensible corazón.

Recuerdas el día que la conociste, desnuda por el invierno, un día de sol frío, antes de que comenzase a vestirse con su traje de hojas tiernas. Y te cautivó con delicada inmediatez, con la firme convicción de no haber visto una igual. Los niños, listos ellos, se habían acercado a jugar en sus aledaños despreocupadamente, dejando al adulto de nombre que se encontrara con ella y se sorprendiese abruptamente.

Podría pasarme largos minutos describiéndoos la magnificiencia de sus cuatro ramas/troncos principales, los giros endiablados, las formas sugerentes, el infinito de sus alturas, el brillo atrayente de su musgo, la fuerza de unas raíces que parece que van a echar a andar.

Pero no, solo te la voy a mostrar. Te dejaré a ti el gozo de buscarla, de adentrarte en este pequeño pueblo navarro, de visitar su hayedo, de perderte y encontrar, encontrarla a ella o a tantas de ellas, porque un bosque no lo forma un solo árbol; un magnético hayedo no lo forma una sola y perfecta haya… ni existe la perfección, ni el haya que no quiera vivir rodeada de los suyos, de su hayedo. Y Gorriti es la prueba más bella y fehaciente.