Mendikute, el castillo silencioso
20 de Junio de 2017, silencio en el bosque
«hoy el bosque está callado, en silencio, como apagado, ni los pájaros canturrean sus alegres melodías matutinas… callado como yo, solitario, queriendo los dos estar en silencio, recogidos… igual tuvo una mala tarde, como yo, por el bochorno y el calor explosivo sin brisa, sin paz…
una ardilla roja me desnubla en el hayedo mágico, las mariposas que menos mal que no dejan de acompañarme en este ya Mi Camino
subo rápido para no pensar, me siento un rato para descansar… para reflexionar, y me dejo enfriar por el viento constante, las hojas de los árboles se mueven como se mueve mi alma, no saben para dónde moverse, qué viento las domina, qué viento me domina… igual por eso subo rápido, para que mi corazón explote y se aleje…
miro mis botas sucias, siento mis pulmones ensanchándose, mi ojos que quieren llorar, quieren, pero no pueden, son incapaces…
aparte de abrazar hoy al haya y al fresno, hoy he acariciado también a la montaña de piedra, su lisa superficie, su fuerte y bella presencia…
el abedul enrevesado y el pájaro que juega conmigo a esconderse entre sus ramas, entre sus hojas…
los cuervos graznando, agresivos, en bandada, queriendo traerme malas nuevas, atrayendo malos augurios… pero rápidamente se acaban esos estúpidos pensamientos influídos por años de erróneas imágenes
hoy no hay nubes que oculten, hoy se divisa el mar esperanzador, todo el mar, los montes santificadores, todos los montes, trescientos sesenta grados de vista generosa… serpientes de asfalto que estropean el entorno, canteras que asesinan montañas, pueblos que invaden todo… mas las vistas son tan sobrecogedoras que todo lo pueden, y diviso tanta solemnidad y paz, que solo puedo también quedarme quieto y callado, deleitándome con lejanos horizontes que hoy me traen calma, hoy me traen puro silencio…»
El paseo hacia Mendikute puede completarse por distintos desvíos que nos vamos encontrado en el camino (incluso para llegar a los restos del castillo tenemos que abandonarlo): podemos continuar hasta Albiztur, alargar más hasta Bidania, y si queremos subir, podemos remontar por el collado de Lizarbakarra, alcanzar Erniozábal, y si prolongas por el cordal, Ubeltz, la famosa cumbre de Ernio… tú decides la senda.