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Lizarbakarra, el fresno dominante

Un buen día, sin saber porqué, y siendo ya tan adulto que da vergüenza reconocer tu ignorancia más allá de mares y arenas, después de haber conocido a personas que tienen un don especial para mostrarte su mundo de árboles maestros, bosques cautivadores y delicadas cimas, comienzas a aventurarte, y perderte (muchas veces.. reconozco que es un don el que me prodigo, sobre todo cuando voy solo), descubriendo, ya no solo lugares nuevos, sino sentires nuevos, de comunión sencilla con la naturaleza, de aprender humildemente con cada paso, de calma en sendas tranquilas.

Vivimos en un entorno en el que, a nada que preguntes, o te cuenten, o leas un poco, encuentras bellos parajes, cercanos, donde tu alma, sin muchas pretensiones, se siente en paz, sosegada, y tu mente… ay, tu mente, tan veloz siempre ella, se interrumpe súbitamente, sin remordimiento, y sientes esa energía que ahora te envuelve mansamente y detiene el tiempo para ti.

Uno de esos lugares es subiendo a Lizarbakarra desde Olamuño. De primeras sigues el mismo camino que nos llevaría a Mendikute o Albiztur, pero, de repente, en un recodo del camino giras a la derecha y siguiendo una senda ya marcada por el desgaste del andar montañero, te encomiendas a una subida, corta, pero exigente, que, tras pasar por el collado de Lizarbakarra, nos llevaría a Erniozabal, pudiendo proseguir hacia Ernio por el cordal, pasando por la bella cima de Ubeltz. Sencillo, pero repleto de vistas impresionantes desde las que distingues Txindoki, Murumendi, el mar, Aiako Harriak..

Pero no necesitas que esté despejado el cielo para disfrutar de tu paseo, todo día encierra su magia, la niebla que te impide ver más allá de tus pies, la nieve que cae despacio pero te engaña y de la nada todo está cubierto de blanco, el día ventoso que te empuja por todos lados y descubres cómo bailan los árboles.

Hoy en día sigo escapando mucho a estos lares, y hace unos años, escribí (cuando aún no sabía lo que me surgía dentro) lo que me producían mis primeras escapadas en solitario a lugares donde nunca había estado y en los que no sabía ubicarme ni orientarme… en Lizarbakarra descubrí el poder de un árbol que, en medio de la nada más gris, te devuelve la cordura y la tranquilidad.

lizarbakarra, 05 de Junio, 2017

» día de retos, día de paseo solitario, de aventurarse en el monte a caminar solo.. mares ya han mojado mis pies vagabundeando con mi alma, pero mis botas siempre se embarraban en compañía, siempre el sonido del caminar del compañero, su aliento, su charla, su risa o su corazón..

perderse, perderme, primero por lo invisible, por ese muro de niebla gris que impide distinguir nada más allá de cinco metros, perderme sin querer.. para pasar al perderme queriendo, aventurando, destruyendo esa tranquilidad de saber el camino, rebelándome, queriendo andar y desandar sendas sólo para disfrutar de su belleza, de su humedad, de su silencio en el bosque vacío, sólo Ellos y yo, Ellos y yo..

orgullo que te lleva de nuevo a la senda, a querer descubrir tu cima, a querer llegar, a sentir que tú puedes, que eres capaz de llegar adonde nunca has ido, adonde nunca has visto, y sucumbir al esfuerzo, al sudor, al resoplido por la subida sin límite, sin fin.. simplemente porque no la ves, porque no está.. no está..

miras al reloj y te dices “venga, que seguro que llegas, sigue buscando, confía en ti”.. y no sé si me lo dice mi propia mente o el susurro del bosque, y continuo, buscando referencias en las sombras grises

sin saber cómo, distingues al Fresno Solitario (“ .. ¿eres tú, verdad? .. ” le digo escudriñando sus hojas y su tronco) y comienzo a abrazarlo, dejándome acoger por su abrazo húmedo, dejando mi alma cansada y agotada en su tronco, y respirar juntos, Él tranquilizándome.. “ya está, ya llegaste a mí”

intento final, sin rumbo, sin brújula, sin subir, sin bajar, simplemente pasos horizontales encadenados, en el gris manto, en los caminos del camino, saludarte un caballo diciéndote con su mirada lejana.. “sabes que por aquí no es, ¿verdad?”.. y con el reloj en la mano, pensando con cordura y sin pasión, asegurando los tiempos, decido regresar, sorprendiéndome al ver desaparecidas mis balizas en la niebla porque ahora hay haces de luz que colorean la estancia y me desconciertan, pero solo es bajar, y bajar, y rápidamente veo el camino, veo la puerta, veo el acebo.. me veo a mí..

volveré un día de luces potentes, amarillas y claras, luminosas, y llegaré a ti, llegaré.. quiero conocer tu magia «

Días más tarde volví a subir.

cura de monte, 14 junio, 2017

» cura de monte, calma mis ruidos mentales, sonido de cantos de pájaros y cencerros, brumas, sombras de sol, camino verde, solitario, la opresión del pecho que va desapareciendo, el zumbido de los grillos peleando con el de las abejas, flores que van brotando, la compañía protectora de los árboles, mariposa negra que me acompaña durante el camino (¿eres tú?), lagartijas que aparecen y desaparecen diciéndome que voy bien, esta vez sí (vuelves a estar otra vez aquí, me susurran), sonido del viento jugando caprichoso con las hojas dormidas, abrazo mullido de otra haya solitaria marcando otro camino que habrá que conocer.. gracias, gracias de nuevo Erniozabal..

florecillas azules, encantadoras, en medio de la bajada, marcando una belleza fugaz, pequeña, dulcísima, los montes que me acompañan alrededor.. no sé sus nombres, pero veo sus siluetas y me parece impresionante haber llegado aquí, envuelto en un sudor purificador, el mar de nubes de algodón blanco que se va difuminando poco a poco, mostrando el pueblo a mis pies, mostrando secretos que igual no había que conocer..

necesito un profesor para aprender.. la forma, las hojas, los tallos, los troncos, los colores, los olores.. pero también disfruto mucho de la ignorancia de no saber, de la química, de la simpleza, de sólo ver árboles, aves e insectos.. me falta mucho de eso también..

volveré a subirte una y otra vez, una y otra vez.. tu magia debe ser compartida, mis ojos no pueden añorar por mucho tiempo tus dominios.. «

Ese invierno siguiente, que comenzaba, volvimos a subir.

elurra, 15 diciembre, 2017

» arrugas de felicidad, planes inesperados, día libre con frío, lluvia, nieve, pies congelados desde el primer paso, paraguas caprichosos, senda resbaladiza, tu bautizo en Erniozabal, copos de pomposa nieve que cubren nuestros abrigos, escuchar el sonido de nuestras pisadas al inaugurar nieve virgen, manto blanco etéreo, cumbre solitaria que llena de magia el ambiente, sonido de riachuelos montaña abajo, un corzo que se muestra y cruza asombradas nuestras miradas, barro, mucho barro, barro frío, dedos helados.. felices.. troncos caídos, musgo, sombras juguetonas, niebla perfecta, bellas luces, soledad en pareja, silencio, siluetas, esquivo sol .. qué más se le puede pedir a un día que compatirlo contigo y con  la nieve recién caída? .. «

Hoy, caminamos junto al maestro, del que continuamos aprendiendo, el maestro es el amigo, el amigo es el guía, que, si le dejáis, os mostrará cómo siente él su mundo, cargado de bosques y sus seres, de montañas y sus historias, de pueblo y sus ritos. Acompañadnos en este caminar.