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Árboles y plantas

Cruz de Osaba (Abodi)

Explorar.- Recorrer un lugar desconocido o poco conocido para conocerlo o estudiarlo, o para descubrir lo que se halla en él.

Nos gusta indagar en la definición literal de una palabra para recordar todo lo que olvidamos al usarla con frecuencia. En mayo hicimos esta sencilla ruta que parte desde el Esquí Nórdico de Abodi, y aunque en principio nuestra idea era seguir la sencilla senda SL-NA 64A El Cerrillar, decidimos ampliarla un poco más acercándonos al espléndido mirador de Cruz de Osaba… decidimos explorar.

El recorrido de El Cerrillar coincide en su trazado con una pista de esquí de fondo, sin nieve ya por estas fechas. Es un camino ancho, que al principio asciende suavemente entre el hayedo hacia la Sierra de Abodi, a 1.400 metros, con las hermosas vistas del Valle de Salazar, los montes lejanos de Roncal y Hecho, así como del monte Orhi. Regresamos posteriormente a media ladera, siempre por el interior del hayedo.

No es necesario explicar con palabras la espectacularidad de este balcón natural, donde la vista se pierde en las montañas nevadas, en los infinitos bosques. Pero algo nos hace adentrarnos más, abandonar la senda y hacer caso a esos dos árboles que, en ese claro, nos atraen fuertemente. Dos hayas con muchos inviernos a sus espaldas, una ya caída por tantas batallas, otra aún en pie, con tiernos brotes de hojas despuntando. Las rodeamos y contemplamos curiosos, maravillados, sintiendo la enorme fuerza de sus troncos, la singularidad de su porte, una con indicios de echarse a andar, la otra adoptando una postura más cercana a El Sabinar de El Hierro. Pasan los minutos y seguimos embobados, acariciamos con nuestras manos estos poderosos árboles en los que nadie parece reparar, pero que a nosotros nos llenan de tanta emoción. Reposamos sobre el manto verdoso lleno de flores y dejamos que el tiempo nos atrape, que la magia de estas dos hayas nos abrace… No somos capaces de abandonar el lugar, pero, agradecidos por haberlas descubierto, regresamos al camino, echando la mirada atrás un buen rato para seguir contemplándolas ahora ya de lejos.

.. los árboles, esos seres mágicos con tanto poder para transmitirnos innumerables sensaciones ..

.. los árboles, que siempre nos dicen tanto sin usar palabras, pero en su lenguaje universal ..

Bosques

Hayedo de Otzarreta

« Ella salió del pueblo, de Ubide, con su familia, y juntos fueron a dar un largo paseo por los bosques colindantes, esos bosques que tanto le gustaban. Sin saber cómo, una niebla espesa los dirigió hacia un lugar desconocido.

Amona, ese hayedo tiene forma de serpiente, ¿no?»

«Pues sí, mi niña, la erreka que lo divide le da esa forma»

Y pronto se encaminaron a ese atrayente lugar. Era especial y único, no sólo por esa erreka en forma de «ese», sino sobre todo porque las hayas eran diferentes a todas las que habían conocido: tenían brazos en vez de ramas, muchos brazos que se extendían hacia el cielo, brazos que se unían con el firmamento y que dejaban tras de sí una magia innata en el lugar.

Siguieron visitando el hayedo con frecuencia, pero con el paso de los años, nuestra niña creció, y el hayedo y ella se distanciaron, tanto, que se olvidaron uno del otro. Muchísimos años después, cuando nuestra niña era ya madre, quiso subir en cierta ocasión al Gorbea con sus hijos. Su hija pequeña, cuando iban de camino a la cumbre, le preguntó:

Ama, ¿qué es esa niebla que se ve allí abajo?«

La madre, queriendo recordar, se fijó con entusiasta atención y susurró:

-«.. no puede ser .. ¿será el hayedo de la serpiente? .. ¿será?«

Y sin pensarlo mucho (los mejores planes jamás se piensan) animó a sus hijos y bajaron rápido en busca de esa niebla que les llamaba. Oscureció prematuramente ese día, pero gracias a un hilo de luz de color plata que les acompañaba en todo el recorrido (y atravesaba un lugar tan bello como es la cascada de Uguna -ya os contaré otro día su leyenda-) pudieron llegar a ese muro de niebla que veían desde la cima.

Ama, tengo miedo…» -dijo la niña.

Los tres se detuvieron un instante con la mirada fija en la profundidad de lo desconocido. Finalmente, fue la misma niña la que, agarrando de la mano a su madre y a su hermano mayor, entró decidida a través de esa oscura niebla que sólo era traspasada por el riachuelo de color plata que les acurrucaba desde la montaña. Después de unos segundos de gris ceguera, accedieron al paraje que su madre creyó reconocer: el hayedo de la serpiente. Dentro de él era de día, la erreka era ahora de color oro, las hayas amarillas y resplandecientes, la hojarasca ocre y delicada, el murmullo del juego del agua y el viento resultaba armonioso y musical, todo era paz y belleza, el cielo era atravesado por brazos de hayas que acariciaban las estrellas, todo era luz y candidez. Sin darse cuenta, se pasaron la noche allí, adormeciendo sus sentidos y maravillando a su corazón. A la hora de regresar, la madre pensó que, para que no volviese a quedar en el olvido, debía dar a conocer al pueblo la existencia de tan único lugar y se lo propuso a sus hijos.

Pero antes, debemos ponerle un nombre»

-«Sí, ama, necesita un nombre«

-«…a ver, pensemos…»

…tiene así como forma de «o» el hayedo, ¿verdad ama?» -senaló el hermano mayor.

Sí, y ahora que ha amanecido, parece que hace un poco de frío…» -apuntó la niña.

Sí, o… hotza… otza…» –seguía de nuevo el hijo mayor.

…y tiene una erreka…» -pensaba en voz alta la madre.

-«…eta erreka… otza… eta… erreka… otza… erreka… eta…»

Y de repente, jugando con las palabras, le salió el nombre desde lo más profundo de su ser:

– «Otzarreta, sí, Otzarreta… …El Hayedo Encantado de Otzarreta»

Bajaron felices al pueblo y contaron la existencia del hayedo, y, desde ese día, la comarca entera se volcó en la conservación y cuidado del increíble entorno que una niña, una vez, encontró entre nieblas y hojarasca ».

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Nuestra tierra es un lugar extraordinario, y este sencillo cuento surgido el 17 de Marzo de 2019 (cuando conocimos este bello hayedo) desde el feliz cansancio de los sacos de dormir de nuestra furgoneta al descansar allí (inexacto en algunos detalles, porque, al escribir recordando, indudablemente, perdemos), solo fue creado aquella noche para recordarle a mis hijos que en esta vida, todo es cuento, y todo es realidad, y la única diferencia entre ambos mundos, es la decisión que tomamos de vivir en uno o en otro…

Árboles y plantas

Ruta 20 Marzo – Cromlech de Oianleku

Desde la Asociación Cultural Hojarasca queremos invitaros a una nueva ruta este próximo domingo día 20 de Marzo. Aprovechando la llegada de la primavera (la estación donde renace la vida en el bosque) podremos descubrir los primeros verdes en una ruta en la que apreciaremos toda la belleza que la natura nos ofrece.

La ruta es sencillísima, apta para todos los públicos, en un paraje idílico como es Cromlech de Oianleku, dentro del Parque Natural de Peñas de Aia-Aiako Harriak. La duración estimada es de 3 a 4 horas, en las que caminaremos pausadamente por un desnivel de unos 200 metros, y 5 kilómetros de distancia en total.

Os ofrecemos la oportunidad de conocer un poquito las tradiciones, la mitología, los usos y creencias de los diferentes tipos de árboles que habitan el bosque. También tendremos la oportunidad de conocer algo más sobre la historia y mitología del cromlech, los secretos de Mari, de Roldán, de Basajaun, y más sorpresas que encontraremos en nuestro paseo.

Quedaremos a las 9:30 horas en el aparcamiento del campo de fútbol de Oiartzun (Iurrita bidea, 10). Desde allí subiremos en coche hasta el aparcamiento de Kauso, a unos 12 kilómetros de Oiartzun, desde donde arrancaremos la ruta.

Aconsejamos llevar:

– calzado de montaña

– chubasquero o paraguas

– almuerzo

– agua

– bastón

– ropa de abrigo

La salida puede ser anulada si las condiciones, tanto meteorológicas como sanitarias, así lo aconsejen, o bien si no sale un grupo mínimo.

Es necesario apuntarse con antelación, por si debemos esperar la llegada de alguien, en cualquiera de los siguientes contactos, el precio es de 8 euros los adultos, y 4 euros los niños de 5 a 14 años.

info@achojarasca.com

606 30 44 52 – Aitor

666 53 11 46 – Gabi

Bosques

20 Febrero – Ruta Urreko Haitza

Para este próximo domingo 20 de Febrero, desde la Asociación Cultural Hojarasca, os queremos proponer un nuevo paseo, incluído en el libro «Rutas Mitológicas Vascas» (Aitor Ventureira e Imanol Bueno): Urreko Haitza, el tesoro oculto de la montaña.

Caminaremos pausadamente por un rinconcito de la magnética sierra de Aralar, sabremos de contrabandistas, de hayedos que acariciaran nuestras almas, de sobrecogedoras montañas que nos susurrarán sus viejas historias, de fronteras y castillos.

Conoceremos a personajes míticos como Mari, Sugar, Jentiles o Basajaun. Y disfrutaremos del abrazo telúrico de los árboles mientras desgranamos sus secretos milenarios.

La ruta, que partirá desde la deliciosa localidad navarra de Azkarate, nos llevará unas 4 horas aproximadamente, si bien la distancia y el desnivel no es alto, iremos parando en varios puntos para ir conociendo un poquito más estos sublimes parajes.

La dificultad es media, y la distancia a salvar ronda los 6 kilómetros, con un desnivel aproximado de 250 metros.

Quedaremos a las 9.00 horas en el parking que se ubica junto a la parroquia de San Juan Bautista de la localidad de Atallu, justo al lado del cruce hacia Azkarate, a la vera de la carretera NA1300, que une Betelu con Tolosa.

El precio de la excursión es de 8 euros los adultos, y 4 euros los niños de 5 a 14 años.

Recomendable:

-ropa y calzados adecuados

-agua suficiente y algo de comida (hamaiketako)

-bastones

-chubasquero o paraguas (por si fuese necesario)

-ropa de abrigo

Para más información no dudes en contactar con nosotros:

info@achojarasca.com

606 30 44 52 – Aitor

666 53 11 46 – Gabi

Árboles y plantas

RUTA A BASAGAIN – 18 Diciembre

El Haya protectora de Basagain vigila la imponente Sierra de Aralar

Desde la Asociación Cultural Hojarasca te invitamos a compartir una mañana con nosotros, caminando por un mágico paraje, el próximo sábado 18 de Diciembre.

La ruta es sencillísima, apta para todos los públicos, en un entorno que guarda la historia de nuestros ancestros, como es el poblado de la Edad del Hierro, de Basagain, en la localidad gipuzkoana de Anoeta.

Os ofrecemos la oportunidad de conocer un poquito las tradiciones, la mitología, los usos y creencias de diferentes tipos de árboles y plantas que habitan el bosque. Pero no sólo tendremos la oportunidad de conocer algo más sobre estas especies, también sabremos de la historia y mitología del viejo poblado, y más sorpresas a descubrir tranquilamente en el paseo.

Quedaremos a las 9:30 horas, en el aparcamiento del apeadero de Renfe de Anoeta. Desde allí subiremos en coche hasta el cercano cementerio de la localidad, desde donde arrancaremos la ruta.

Aconsejamos llevar:

-Calzado de montaña

-Chubasquero o paraguas

-Almuerzo

-Agua

-Bastón

-Ropa de abrigo

La salida puede ser anulada con antelación, si las condiciones, tanto meteorológicas como sanitarias, así lo aconsejen, o bien si no sale un grupo mínimo. El precio es de 8 euros adultos, y 4 euros niños de 5 a 14 años.

Es necesario apuntarse con antelación, por si debemos esperar la llegada de alguien, en cualquiera de los siguientes contactos:

info@achojarasca.com

606 30 44 52 – Aitor

666 53 11 46 – Gabi

Anímate a descubrir con nosotros el Poblado de Basagain.

Árboles y plantas

30 Octubre – Ruta Urreko Haitzak

Desde la Asociación Cultural Hojarasca os queremos proponer una nueva ruta para este próximo sábado 30 de octubre.

Caminaremos pausadamente por una esquinita de la magnética sierra de Aralar, sabremos de contrabandistas, de hayedos que acariciaran nuestras almas, de sobrecogedoras montañas que nos susurrarán sus viejas historias, de fronteras y castillos.

Conoceremos a personajes míticos como Mari, Sugar, Jentiles, Basajaun…

Disfrutaremos del abrazo telúrico de los árboles y desgranaremos sus secretos milenarios.

La ruta que partirá desde la deliciosa localidad navarra de Azkarate, nos llevará unas 4 horas aproximadamente, si bien la distancia y el desnivel no es alto, iremos parando en varios puntos para ir conociendo un poquito más estos sublimes parajes.

La dificultad es media, y la distancia a salvar ronda los 6 kilómetros, con un desnivel aproximado de 250 metros.

Quedaremos a las 9 horas, en el parking que se ubica junto a la parroquia de San Juan Bautista de la localidad de Atallu, justo al lado del cruce hacia Azkarate, a la vera de la carretera NA1300, que une Betelu con Tolosa.

El precio de la excursión es de 8 euros los adultos, y 4 euros los niños de 5 a 14 años.

Recomendable:

-ropa y calzados adecuados

-agua suficiente y algo de comida (hamaiketako)

-bastones

-chubasquero o paraguas (por si fuese necesario)

-visera

-ropa de abrigo

Para más información no dudes en contactar con nosotros:

info@achojarasca.com

606 30 44 52 – Aitor

666 53 11 46 – Gabi

Árboles y plantas

Árboles singulares: El Haya de Imaz

El Haya de Imaz se encuentra en Altzo, un precioso pueblo cercano a la pequeña urbe ya casi cosmopolita en la que se ha convertido Tolosa. Podemos encontrarla cerca del caserío Oiarbide, en un paseo a escasos minutos desde esta residencia del siglo XVII. Es un árbol catalogado como Arbol Singular en Gipuzkoa desde el año 1997, y el motivo esgrimido para ello es por sus dimensiones, que son espectaculares: altura de casi 23 metros, diámetro de copa 28 metros, y un perímetro de tronco de 6,80 metros a 1,30 metros de altura. Colosal, ¿verdad? … pero para mí lo «singular» de este árbol es su historia.

Fue plantado por Manuel Antonio Imaz Garaialde, el famoso bertsolari altzotarra, el mismo año en que se casó, 1836. Si nos vamos un poco más atrás en el tiempo, vemos que en 1808 el ayuntamiento de entonces vendió este terreno (Gaztaina-Motzeta) para hacer frente a la subsistencia de las tropas que luchaban contra los franceses, siendo su nuevo propietario Juan Antonio, padre de nuestro bertsolari en cuestión. Manuel Antonio plantó este haya el año que contrajo matrimonio, incluso puede parecer que el mismo día de su boda, según reza la placa colocada a su vera por sus descendientes:

«Manuel Antonio Imaz

bertsolari altzotarrak

ezkondu zen egunean

1836ko irailaren 22an

aldatutako pago honen itzalak

elkartu gaitzala bere ondorengoak«

Y ese haya sigue viva hoy, con una edad de 185 años.

Se le conocía por “Altzoko Imaz”, y dicen de él que marchaba al campo con papel y lápiz en el bolsillo. Cuando le llegaba la inspiración, detenía a los bueyes y escribía. Según cuentan, el bertsolari cuidaba de su haya con gran mimo. En ese terreno también tenía un manzanal y una calera, y cuando llevaba estiércol para los manzanos, aprovechaba para abonar el haya en todo su contorno, arrancándole la zarza que crecía a su alrededor. Hoy en día es un precioso ejemplar de haya trasmocha (dejaremos para otro día el explicar esta técnica tradicional, el trasmochado), que en 2016 se presentó a Candidato Español a Árbol Europeo 2017 (la votación estuvo muy reñida y quedó en segundo lugar a escasos votos del vencedor).

Votaciones, datos, historia aparte, visitarlo es un goce para los sentidos. Sus largas y fuertes ramas, ramas que son troncos, te atrapan sin compasión, peinadas por los vientos que las pierden en los confines del bosque, y tu vista se detiene en los cientos de vericuetos de árbol sabio, de árbol amable, en la caricia de nacer sus perfectas hojas, en la esbeltez de su porte orgulloso, altivo … no en vano, es hija del famoso bertsolari, y no hay mayor satisfacción para un árbol que sentirse querido y mimado, el saber que somos uno con él … que somos familia.

Árboles y plantas

El Haya, nuestra dama arbórea

El haya es uno de árboles más característicos de toda nuestra cornisa cantábrica. Su belleza al comenzar la primavera es una de las fascinaciones más fácilmente apreciables en la estación de la vida y el resurgir de colores del bosque.

Sus hojas comienzan a crecer despacito, abriéndose lentamente y desplegándose cual alas de mariposa que salen de su capullo. Es bastante peculiar y característico en ellas los «pelitos» o delicados y finos filamentos que la rodean, otorgándole una suavidad extrema. Cuando visitas un hayedo al principio de esta estación, la sombra verde que procuran es única, difícilmente apreciable en otro bosque, pues esa atmósfera al mirar hacia arriba y ver flotando cientos de alas verdes que bailan delicadamente con la brisa es algo extraordinario de admirar.

El haya, nuestra dama árborea que se viste de esperanza en estas fechas, y poco a poco dota al bosque de la humedad necesaria para refrescarlo ante el verano que pronto llegará a nuestros montes. El otoño le tiene preparadas nuevas sorpresas en tonos de otros colores, pero eso es adelantar acontecimientos, y en la natura todo va despacio… disfrutemos de esta lentitud parsimoniosa que gratuitamente nos brinda.